Mi odio a orzonc....
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Franco.Chaca
Hassan V
Fernando Gonzalez Arrili
Girustrike
Haciaelpazto
Rivest Sloghtern
Borkoloco
Maty Monte
el pibe
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Mi odio a orzonc....
Pega para donde no debe, incluso parece una bala perdida ! no sabe donde dispara
Le lleva la contra la pais y a su gente. Es irrespetuoso con la comunidad.
No se dan cuenta que su cuenta ( ) nos esta perjudicando ? De seguro paraguay recupero una region gracias a este rafa gorgori.
Por que no nos ponemos las pilas y dominamos su cuenta ? Hack hack hack.
Es tan poderoso y controla tantas cosas, que con su cuenta dominamos el eMundo....
el pibe- Edad : 34
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Re: Mi odio a orzonc....
yo tampoco comparto sus ideas, pero tampoco le vas a hackear la cuenta por eso...
Maty Monte- Edad : 28
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Re: Mi odio a orzonc....
/GENERAL
junto con el de él
Que es esto ? discriminacion ? por tener ciudadania eBoliviana me discriminan ?! REVOLUCION YA
junto con el de él
Que es esto ? discriminacion ? por tener ciudadania eBoliviana me discriminan ?! REVOLUCION YA
el pibe- Edad : 34
Sexo :
Re: Mi odio a orzonc....
Pega para donde no debe, incluso parece una bala perdida ! no sabe donde dispara
Le lleva la contra la pais y a su gente. Es irrespetuoso con la comunidad.
No se dan cuenta que su cuenta ( ) nos esta perjudicando ? De seguro paraguay recupero una region gracias a este rafa gorgori.
Todo esto tiene relación con el juego me parece, que su objetivo sea defenestrar a un jugador es otra cosa...
Borkoloco- Edad : 47
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Re: Mi odio a orzonc....
No me refería a que este loco. Yo digo loco como sinónimo de "tipo/a" "chabon/a" "vieja/o" etc.
Haciaelpazto- Edad : 35
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Re: Mi odio a orzonc....
qué se puede esperar de estefanía? alta pt es
Fernando Gonzalez Arrili- Edad : 33
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Re: Mi odio a orzonc....
Hassan V escribió:>mfw esto no está en General.
porque lo movieron ¬¬
una falta de respeto total
el pibe- Edad : 34
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Re: Mi odio a orzonc....
Creo que sos mas boludo vos por odiarlo, pero bueno.
Franco.Chaca- Edad : 28
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Re: Mi odio a orzonc....
Franco.Chaca escribió:Creo que sos mas boludo vos por odiarlo, pero bueno.
Crees mal, tantos denotan que lo estoy boludeando
el pibe- Edad : 34
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Re: Mi odio a orzonc....
el pibe escribió:Franco.Chaca escribió:Creo que sos mas boludo vos por odiarlo, pero bueno.
Crees mal, tantos denotan que lo estoy boludeando
Yo no pongo el rotocafe porque si no es muy obvio, podrías intentarlo, te divertirías mas.
Franco.Chaca- Edad : 28
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Re: Mi odio a orzonc....
naa, me divierto lo necesario.
como los comentarios de rafa, el pobrecito nene me mata de la risa con su estupidez
como los comentarios de rafa, el pobrecito nene me mata de la risa con su estupidez
el pibe- Edad : 34
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Re: Mi odio a orzonc....
Franco.Chaca escribió:el pibe escribió:Franco.Chaca escribió:Creo que sos mas boludo vos por odiarlo, pero bueno.
Crees mal, tantos denotan que lo estoy boludeando
Yo no pongo el rotocafe porque si no es muy obvio, podrías intentarlo, te divertirías mas.
Los rotocafe siempre hacen la diferencia. Nunca hay demasiado Roto, capo.
Hassan V- Edad : 48
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Re: Mi odio a orzonc....
Hassan V escribió:Franco.Chaca escribió:el pibe escribió:Franco.Chaca escribió:Creo que sos mas boludo vos por odiarlo, pero bueno.
Crees mal, tantos denotan que lo estoy boludeando
Yo no pongo el rotocafe porque si no es muy obvio, podrías intentarlo, te divertirías mas.
Los rotocafe siempre hacen la diferencia. Nunca hay demasiado Roto, capo.
Ay me dijo capo, me mojo me mojo
ahí esta
Franco.Chaca- Edad : 28
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Re: Mi odio a orzonc....
:leernormas: :leernormas: :spam: :spam: :spam: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :google: :leernormas: :leernormas: :leernormas: :leernormas:
Friedrich Nietzsche
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral
Traducción y notas: Simón Royo Hernández
I
En algún apartado rincón del universo, desperdigado de innumerables y centelleantes sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más falaz de la Historia Universal, pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras un par de respiraciones de la naturaleza, el astro se entumeció y los animales astutos tuvieron que perecer. Alguien podría inventar una fábula como ésta y, sin embargo, no habría ilustrado suficientemente, cuán lamentable y sombrío, cuán estéril y arbitrario es el aspecto que tiene el intelecto humano dentro de la naturaleza; hubo eternidades en las que no existió, cuando de nuevo se acabe todo para él, no habrá sucedido nada. Porque no hay para ese intelecto ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana. No es sino humano, y solamente su poseedor y creador lo toma tan patéticamente como si en él girasen los goznes del mundo. Pero si pudiéramos entendernos con un mosquito, llegaríamos a saber, que también él navega por el aire con ese mismo pathos y se siente el centro volante de este mundo. Nada hay en la naturaleza tan despreciable e insignificante que, con un mínimo soplo de aquel poder del conocimiento, no se hinche inmediatamente como un odre; y del mismo modo que cualquier mozo de cuadra quiere tener sus admiradores, el más orgulloso de los hombres, el filósofo, quiere que desde todas partes, los ojos del universo tengan telescópicamente puesta su mirada sobre sus acciones y pensamientos.
Es remarcable, que tal estado lo produzca el intelecto, él que, precisamente, sólo ha sido añadido como un recurso a los seres más desdichados, delicados y efímeros, para conservarlos un minuto en la existencia; de la cual, por el contrario, sin ese añadido, tendrían toda clase de motivos para huir tan rápidamente como el hijo de Lessing. Ese orgullo ligado al conocimiento y a la sensación, niebla cegadora colocada sobre los ojos y sobre los sentidos de los hombres, los engaña acerca del valor de la existencia, pues lleva en él la más aduladora valoración sobre el conocimiento mismo. Su efecto más general es el engaño —aunque también los efectos más particulares llevan consigo algo del mismo carácter.
El intelecto, como un medio para la conservación del individuo, desarrolla sus fuerzas primordiales en la ficción, pues ésta es el medio por el cual se conservan los individuos débiles y poco robustos, como aquellos a los que les ha sido negado, servirse, en la lucha por la existencia, de cuernos o de la afilada dentadura de los animales carniceros. Este arte de la ficción alcanza su máxima expresión en el hombre: aquí el engaño, la adulación, la mentira y el fraude, la murmuración, la hipocresía, el vivir del brillo ajeno, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, el teatro ante los demás y ante uno mismo, en una palabra, el revoloteo incesante ante la llama de la vanidad es hasta tal punto la regla y la ley, que apenas hay nada más inconcebible que el hecho de que haya podido surgir entre los hombres un impulso sincero y puro hacia la verdad. Se encuentran profundamente sumergidos en ilusiones y ensueños, sus miradas se limitan a deslizarse sobre la superficie de las cosas y percibir formas, sus sensaciones no conducen en ningún caso a la verdad, sino que se contentan con recibir estímulos y, por así decirlo, jugar un juego de tanteo sobre el dorso de las cosas. Además, durante toda la vida, el hombre se deja engañar por la noche en el sueño, sin que su sentimiento moral haya tratado nunca de impedirlo; mientras que parece que ha habido hombres que, a fuerza de voluntad, han conseguido eliminar los ronquidos. En realidad ¿qué sabe de sí mismo el hombre? ¿Sería capaz de percibirse a sí mismo, aunque sólo fuese una vez, como si estuviese tendido en una vitrina iluminada? ¿Acaso no le oculta la naturaleza la mayor parte de las cosas, incluso sobre su propio cuerpo, de forma que, al margen de las circunvoluciones de sus intestinos, del rápido flujo de su circulación sanguínea, de las complejas vibraciones de sus fibras, quede recluido y encerrado en una conciencia orgullosa y embaucadora? Ella ha tirado la llave, y ¡ay de la funesta curiosidad que pudiese mirar, por una vez, hacia fuera y hacia abajo, a través de una hendidura del cuarto de la conciencia y vislumbrase entonces que el ser humano descansa sobre la crueldad, la codicia, la insaciabilidad, el asesinato, en la indiferencia de su ignorancia y, por así decirlo, pendiente en sus sueños sobre el lomo de un tigre! ¿De dónde procede en el mundo entero, en esta constelación, el impulso hacia la verdad?
En la medida en que el individuo quiera conservarse frente a otros individuos, en un estado natural de las cosas, tendrá que utilizar el intelecto, casi siempre, tan sólo para la ficción. Pero, puesto que el hombre, tanto por necesidad como por aburrimiento, desea existir en sociedad y gregariamente, precisa de un tratado de paz, y conforme a éste, procura que, al menos, desaparezca de su mundo el más grande bellum omnium contra omnes . Este tratado de paz conlleva algo que promete ser el primer paso para la consecución de ese enigmático impulso hacia la verdad. Porque en este momento se fija lo que desde entonces debe ser verdad, es decir, se ha inventado una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria, y el poder legislativo del lenguaje proporciona también las primeras leyes de la verdad, pues aquí se origina por primera vez el contraste entre verdad y mentira. El mentiroso utiliza las legislaciones válidas, las palabras, para hacer aparecer lo irreal como real; dice, por ejemplo, yo soy rico cuando la designación correcta para su estado sería justamente pobre. Abusa de las convenciones consolidadas efectuando cambios arbitrarios e incluso inversiones de los nombres. Si hace esto de manera interesada y conllevando perjuicios, la sociedad no confiará ya más en él y, por ese motivo, le expulsará de su seno. Por eso los hombres no huyen tanto de ser engañados como de ser perjudicados por engaños. En el fondo, en esta fase tampoco detestan el fraude, sino las consecuencias graves, odiosas, de ciertos tipos de fraude. El hombre nada más que desea la verdad en un sentido análogamente limitado: desea las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que conservan la vida, es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias, y está hostilmente predispuesto contra las verdades que puedan tener efectos perjudiciales y destructivos. Y además, ¿qué sucede con esas convenciones del lenguaje? ¿Son quizá productos del conocimiento, del sentido de la verdad? ¿Concuerdan las designaciones y las cosas? ¿Es el lenguaje la expresión adecuada de todas las realidades?
Solamente mediante el olvido puede el hombre alguna vez llegar a imaginarse que está en posesión de una verdad en el grado que acabamos de señalar. Si no quiere contentarse con la verdad en la forma de tautología, es decir, con conchas vacías, entonces trocará perpetuamente ilusiones por verdades. ¿Qué es una palabra? La reproducción en sonidos articulados de un estímulo nervioso. Pero partiendo del estímulo nervioso inferir además una causa existente fuera de nosotros, es ya el resultado de un uso falso e injustificado del principio de razón. ¡Cómo podríamos decir legítimamente, si la verdad estuviese solamente determinada por la génesis del lenguaje, y si el punto de vista de la certeza fuese también lo único decisivo respecto a las designaciones, cómo, no obstante, podríamos decir legítimamente: la piedra es dura, como si además captásemos lo duro de otra manera y no únicamente como excitación completamente subjetiva! Dividimos las cosas en géneros, designamos al árbol como masculino y a la planta como femenino: ¡qué extrapolaciones tan arbitrarias! ¡A qué altura volamos por encima del canon de la certeza! Hablamos de una serpiente: la designación alude solamente al hecho de retorcerse, podría, por tanto, atribuírsele también al gusano. ¡Qué arbitrariedad en las delimitaciones! ¡Qué parcialidad en las preferencias, unas veces de una propiedad de una cosa, otras veces de otra! Los diferentes idiomas, reunidos y comparados unos a otros, muestran que con las palabras no se llega jamás a la verdad ni a una expresión adecuada, pues, de lo contrario, no habría tantos. La cosa en si (esto sería justamente la verdad pura y sin consecuencias) es también totalmente inaprehensible y en absoluto deseable para el creador del lenguaje. Éste se limita a designar las relaciones de las cosas con respecto a los hombres y para expresarlas recurre a las metáforas más atrevidas. ¡En primer lugar, un estímulo nervioso extrapolado en una imagen!, primera metáfora. ¡La imagen, transformada de nuevo, en un sonido articulado!, segunda metáfora. Y, en cada caso, un salto total desde una esfera a otra completamente distinta y nueva. Podríamos imaginarnos un hombre que fuese completamente sordo y que jamás hubiese tenido ninguna sensación del sonido ni de la música; del mismo modo que un hombre de estas características mira con asombro las figuras acústicas de Chaldni en la arena, descubre su causa en las vibraciones de la cuerda y jurará entonces, que, desde ese momento en adelante no puede ignorar lo que los hombres llaman sonido, así nos sucede a todos nosotros con el lenguaje. Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores y no poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas, que no corresponden en absoluto a las esencias primitivas. Del mismo modo que el sonido toma el aspecto de figura de arena, así la enigmática X de la cosa en sí se presenta, en principio, como excitación nerviosa, luego como imagen, finalmente como sonido articulado. En cualquier caso, por tanto, el origen del lenguaje no sigue un proceso lógico, y todo el material sobre el que, y a partir del cual, trabaja y construye, el hombre de la verdad, el investigador, el filósofo, si no procede de las nubes, tampoco procede, en ningún caso, de la esencia de las cosas.
Girustrike- Edad : 87
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Re: Mi odio a orzonc....
estuve viendo a nietzsche en filofosia toooooooooda la semana en la facultad, me armo un fernet antes de ponerme a ver una pelicula con mi novia , reviso el foro un rato y me encuentro de nuevo con esto.
pero la puta madre.
nobles y plebeyos del culo
pero la puta madre.
nobles y plebeyos del culo
ElRobotNinja- Edad : 42
Sexo :
Re: Mi odio a orzonc....
Es horrible leer a nietzche, como es que alguien tan capaz escriba tan para el culo, de todas las cosas que escribe el 80% son puteadas y fanfarroneria
Girustrike- Edad : 87
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Re: Mi odio a orzonc....
Girustrike escribió:Es horrible leer a nietzche, como es que alguien tan capaz escriba tan para el culo, de todas las cosas que escribe el 80% son puteadas y fanfarroneria
Si vos lo decís.
Hassan V- Edad : 48
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Re: Mi odio a orzonc....
Girustrike escribió:Es horrible leer a nietzche, como es que alguien tan capaz escriba tan para el culo, de todas las cosas que escribe el 80% son puteadas y fanfarroneria
Lo podrias haber dicho antes de postear .....
H. Bouchard- Edad : 52
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